La catedral mandada levantar por Alfonso X el Sabio en el S. XIII, está declarada desde 1931 Monumento Histórico Artístico. Su aspecto exterior de fortaleza, motivado, posiblemente, por las continuas guerras que azotaban la ciudad, se contrapone con los tesoros que guarda en su interior. La fábrica es de mampostería revocada con sillares de refuerzo en la base de los muros, esquinas y en los elementos más importantes. En el exterior se reparten un buen número de escudos de obispos, junto con el de la diócesis y el de algunas familias nobles pacenses.
Destacan las tres portadas de acceso, siendo la denominada “del Cordero”, (la puerta norte) la más importante en otros tiempos, pues abriéndose hacia la Plaza de España era, debido a su situación, por la que solían entrar los obispos y reyes, celebrando estos últimos funciones y enlaces reales, como el de Juan I de Castilla con Beatriz de Portugal en 1383.
El interior del templo es de estilo gótico decadente y presenta planta basilical con tres naves de cinco tramos con crucero y cabecera para el Altar Mayor. La nave central mide 62,80 m. de largo, 7,7 de ancho y 13,90 de altura. La torre data de 1542.
En su interior se pueden ver piezas de gran calidad. En primer lugar llama la atención su estupenda rejería de forja realizada en el S. XVII y la monumental Lámpara Central de 102 brazos y 3750 kgs. Mención aparte merecen los tres Órganos barrocos y la magnífica Sillería del Coro, tallada en el S. XVI. El Retablo Mayor barroco es majestuoso, de 1717 y en la reciente restauración se han colocado en los pies del templo una de las mejores colecciones europeas de tapices flamencos del S. XVI. El Claustro es de estilo gótico y manuelino de principios del S. XVI y en él destacan entre otras obras la Lauda Sepulcral de D. Lorenzo Suárez de Figueroa, realizada en bronce negro en el S. XVI y considerada una de las mejores de Europa.
Posee otros elementos destacados: retablos góticos y barrocos, pinturas, relieves, nterramientos, orfebrería, bóvedas de diversos estilos etc…. que se reparten por todo el templo y por las 12 capillas menores de las que dispone.
El Museo Catedralicio encierra grandes obras, como el relieve en alabastro de Settignano, del S. XV, pinturas de Luis de Morales, gran Custodia Procesional del S. XVI, además de pinturas, tallas y objetos de plata de diversas épocas.
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